¿Volvió el cáncer? (parte 1 de 5)





27 de noviembre 2018. Tenía un TAC. Alex se pidió fiesta para poder venir y también vino a verme Gloria. Habían cambiado las máquinas y esta tenía una tablet en la que se veía la imagen de todo el cuerpo.

Salí y estaba tranquila, todo había ido muy rápido. Lo típico, beber muchos líquidos después de la prueba. Detesto que me inyecten líquido de contraste, no me gusta, pero es lo que hay. Algún día debería hacer recuento de todos los tacs que me han hecho desde el 2012. Al salir del hospital activé el volumen del teléfono, lo hago siempre, por si me llaman. Pero no me llamaron.



Tenía visita. Alex se fue a Italia para que le quitaran las placas del tobillo de la lesión que tuvo en marzo del 2017 en Tailandia. Así que iba sola. Yo estaba tranquila, hacía tiempo que me sentía bien, incluso había empezado a correr a diario. Como siempre, Jordi lleva algo de retraso (a veces de más de una hora). Lo encuentro lógico y correcto, pues hay noticias que o bien requieren o bien merecen su tiempo. De hecho, cuando salgo de la consulta a veces me miran mal porque he estado mucho rato dentro, pero es el necesario.



Era el 5 de diciembre y finalmente apareció mi número en la pantalla que se encuentra al lado de la puerta de la consulta. No era la consulta de siempre, era otra. Entré muy feliz y lo primero que le dije fue: “ya he terminado el libro”. Me dijo que las analíticas estaban bien pero que se veía una imagen en el TAC que no estaba antes. Yo le dije que siempre que se veía algo raro él temía lo peor, pero que me encontraba bien. Jordi me dijo que, por mi historial, lo más posible era que fuera un tumor. Me enfadé y empecé a llorar. Le dije repentinamente que no haría quimioterapia.

Conclusión del TAC:
Nódulo sólido peritoneal de 3.3 x 2.6 x 3.2 cm (AP-T-L) situado en la FID que no permite descartar implante tumoral en el contexto de la paciente. Aumento de medida de la imagen quística de 8.7 x 7.6 cm en la fosa anexial izquierda (antes de 6 x 5 cm).

¿Qué tenía que hacer entonces? Un PET TAC, me contestó. Sabía que yo temía al PET TAC a consecuencia de la mala experiencia que tuve en 2014. Me negué. No quería volver a pasar por ello. “Quítamelo” salió inconscientemente de mi boca. “Me abres y me lo quitas, así sabremos lo que es”. Lloraba y le decía que ahora mi libro ya no tenía sentido, y que no lo iba a enviar a las editoriales, pero el me dijo que siguiera adelante con el libro.

Entonces le pregunté que le debería explicar a Alex, porque yo estaba confundida. ¿Volvía a tener un tumor? ¿Volvía la recidiva? No sabíamos lo que era. Me dijo que le pidiera a Alex llamara al hospital y que él se lo explicaría. Así fue. Escuché que le decía que la única manera con la que saldríamos de dudas de saber si se trataba de un tumor o no era haciendo un PET TAC, y que como era de esperar, yo me negaba a hacer. Llegamos a un acuerdo, a finales de enero me haría otro TAC para ver como evolucionaba la cosa.

Salí del hospital con aquella sensación extraña. ¿Volvía a tener cáncer? Al llegar a la moto no me vi capaz de conducir así que llamé a Alex, llorando. Me dijo que estuviera tranquila, que seguramente se habían equivocado. Pensamos que la nueva máquina quizás era más precisa, cualquier excusa era válida para evitar pensar que la recidiva había vuelto. A casa vinieron mis padres a verme, conseguí no llorar y mantener la calma delante de ellos y yo les dije que seguramente estaban equivocados y que con mi caso, cualquier duda lleva a pensar en recidiva. Me llamó Meri, pero no me sentía capaz de explicarlo y le pedí que hablara con Alex y fue él que se lo contó todo. Después me dijo que por la noche vendrían. 

Escribí a Albert porque estaba desesperada y no sabía a quién explicarle lo que me estaba sucediendo, fue la primera persona con la que conseguí hablar sin llorar, en serio. Logró tranquilizarme. Quedamos en Sant Cugat. Él es siempre muy positivo y me dijo “ya tienes la segunda parte del libro”. Luego, vinieron Borja y Meri, y se quedaron a dormir en casa. Al día siguiente, Meri también se quedó a dormir. Nos levantamos pronto porque, aprovechando el puente, yo iba a Italia a ver a Alex y así ayudarle con la vuelta tras la operación.




Y en Italia empecé a encontrarme mal. Distintos males que no han cesado hasta el 3 de junio. La noche antes de volver a Barcelona empecé a vomitar, estaba muy débil y tenía miedo de no ser capaz de coger el avión, pero lo conseguimos. Al llegar a casa, el 10 de diciembre, fuimos a urgencias donde me pusieron suero para hidratarme. El mes de diciembre, y hasta mediados de enero fue horroroso: llagas, dolores de tripa, estrés, resfriados… Salía de una cosa para meterme en otra. Lo que no imaginaba era que, a partir de ese momento, siempre tendría mal de tripa. Creía que era psicológico, por lo que me había comentado Jordi del resultado del TAC, pero no, poco a poco descubrí que no era psicológico y se trataba de la nueva realidad, de una nueva prueba que me había puesto esta vida.

Antes de darme el resultado, me encontraba perfectamente, y fue en el momento en que me dijo que parecía que había vuelto que empezaron todos los problemas. Tenía mal de barriga después de comer, no lo entendía. Para navidades, fuimos a Italia unos días. Recuerdo que comía solo ensalada y tofu. Luego vi que la ensalada no siempre me sentaba bien y empecé con las cremas de verduras.
Inconscientemente, y creo que inevitablemente, mi mente volvió al pasado, recordando las palabras de aquel cirujano que en diciembre del 2014 me dijo que los tumores crecerían y tendría que comer poco y más a menudo para evitar dolores. Pasé las navidades en Italia tumbada en la cama después de comer, esperando que el dolor cesara para volver a la vida normal. Un dolor que nada tenía que ver con el que empecé a sentir a medida que pasaban los días.

El fin de año lo pasamos en casa de mis padres. Preparé patés veganos, quesos veganos y crackers deshidratados. Tuve problemas de barriga, imaginaba que eran los crackers deshidratados.

Fin de año en familia

Quesos veganos

Nuestra cena de fin de año

Lasaña de tempeh y calabacín para el 1 de enero


Con Jordi habíamos acordado que me haría un TAC a finales de enero para ver como había evolucionado lo que veían en las imágenes. Si crecía seguramente se trataría de un tumor, de cáncer. Intenté comer lo mejor posible. Estábamos en un restaurante celebrando el cumpleaños de Alex con sus compañeros de trabajo cuando recibí la llamada de un número largo. Efectivamente, se trataba del hospital y era para darme fecha y hora para la prueba radiológica. Sería el 30 de enero y la visita con Jordi el 1 de febrero.

Mis nenes


Jordi insistió en que continuara todo tal y como lo había hecho, que lo estaba haciendo muy bien y que era normal que esto, en el caso de confirmarse que fuera un tumor, hubiera salido, lo normal, de hecho, sería que hubiera salido mucho antes, porque además hacía ya casi 4 años que no hacía quimio, y, cuando intentaron operarme y me cerraron tal cual, un motivo hubo. En realidad, estaba enfadada con lo que me estaba diciendo Jordi, está claro que para él era normal que hubiera vuelto, porque tiene mucha experiencia y sabe como funciona esta enfermedad, pero yo no lo aceptaba. No quería aceptar que existiera esa posibilidad.

A tope con los zumos!



Muchas gracias a Alex, a mis padres y mi família, a Borja y Meri, a Marisa, a Mariona, a Albert, a Jose y a los padres del Alex y a las otras personas a quién se lo expliqué (fueron pocas) por haberme apoyado durante aquellos instantes. Esta vez opté por no explicar nada porque tampoco sabía bien de lo que se trataba y tenía que esperar a más pruebas.

Jugando a Bingo

Meri controlando a tiburón Bongo

Con Adri grabando recetas para el blog


Os iré explicando como han ido estos meses en las próximas entradas.

Nai


Comentarios

  1. Estoy seguro que saldrás de esta Nuria �� mucha fuerza

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  2. En mi caso, el cáncer está dormido. No sé cómo reaccionaría, si volviera. Tu texto transmite fuerza. Un saludo.

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    1. Pues siempre estará dormido Ángel, ya verás. Muchas gracias.

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  3. Animo bonica amb el teu cap i la twva força en surtiras.

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  4. �������� qui te mes gana el Bongo o jo????����������

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    1. Flamingggggg....jo crec que en aquesta foto tu, et veig molt concentrada defensant el menjar ajajajjajajaja

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  5. Ojalá salga todo bien, siempre estoy atenta a tus publicaciones ya que mi madre está transitando la enfermedad q tuviste y me transmitís fuerza para darle a ella. Vas a estar bien!!!! ��������������������

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    1. Muchas gracias por tus palabras :) deseo lo mejor a tu madre :)

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  6. Hola, Nuria! Saber les teues coses mai ens deixa indiferents. Sé que sona repetitiu i potser pesat expressar-te tot allò que ens inspires; no ho faré però ho penso i ho sento així , no ho puc evitar. M'encanta saber de tu: que estàs bé de vegades i d'altres no tant, la vida és com és... Les teues experiències m'ajuden en molts aspectes, són pures lliçons de vida. I per això et dono les gràcies a tu i a qui et va posar en el meu camí (virtualment). Una abraçada.

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  7. Seguro que volverá a desaparecer.
    Es importante que aparte de continuar con la alimentación saludable, trabajes también los aspectos psicológicos. Estos también inciden directamente sobre la salud física y te hacen más vulnerable al afectar a tu sistema inmunológico y producir inflamación.
    Cuida también tu intestino y tu flora intestinal. Son dos pilares fundamentales.
    Te recomiendo te informes sobre estos aspectos.
    Te auguro un nuevo exito y te envío un abrazo muy fuerte cargado de energía positiva.

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  8. Muchas ganas Ana, si, de hecho ha sido en los aspectos psicológicos donde más me he enfocado, sobre todo en la gestión del estrés, meditaciones, visualizaciones y respiraciones. Gracias Ana

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  9. Ànims Núria! Com estàs?
    El llibre té molt de sentit que no tothom és capaç de fer un canvi de vida i sortir dels mals pronòstics que t'ha vien fet! Segur que t'anirà tot bé.

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  10. Núriaaaaaaa! Vingaaaaa que tu pots amb tot!!! Ara toca recuperar-se i agafar forces!!!

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